Después de un largo viaje desde Khon Kaen, he llegado a las antípodas. La primera imagen de Nueva Zelanda, ha sido desde el cielo. Los fiordos de la isla sur eran impresionantes. Wellington desde el aire se ve preciosa llena de casitas bien colocadas en un terreno irregular.
La aduana ha sido la más dura de pasar en toda mi vida, pero sin problemas, y muy educados los policías.
El taxi desde el aeropuerto a The Terrace me ha costado 35 dólares. Luego he bajado al centro a comprar una tarjeta telefónica y ha estirar las piernas. Aquí se hace piernas ya que la ciudad esta construida en colinas.
A diferencia de Tailandia, donde he vivido 5 meses, aquí la mayoría son de origen europeo, y solo hablan inglés. Con lo que, cuando me vaya habré mejorado el conocimiento de la lengua de los bárbaros.
Todo está carísimo, así, que tendre que buscar un trabajo para amortiguar los gastos. La ciudad es tranquila y bella.
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